lunes, 13 de abril de 2009

¿Quiénes tienen más chance de triunfar?


El futuro pertenece a quienes creen en la belleza y en el contenido de sus sueños…

Atrevámonos a soñar… Atrevámonos a pensar en una sociedad más racional, más justa, más solidaria, más equitativa, donde los recursos y las oportunidades se encuentren mejor distribuidos… Atrevámonos a imaginar nuevos paradigmas sociales que sean sabroso y caliente chocolate para el alma…

¿Quienes deben pagar la actual crisis económica-financiera global?


Sin lugar a dudas, con toda certeza, estamos sufriendo una profunda crisis económico-productiva mundial, que comenzó en Estados Unidos de América, pero que por efecto contagio, pero que por efecto dominó, se amplia y se expande día a día al resto de los países de este planeta… Europa, los gigantes asiáticos, las economías emergentes de América Latina, los países más pobres y atrasados de este mundo… Ningún país, ninguna región, parece poder quedar al margen de este proceso global de retracción económica, de descenso en el nivel de ocupación, y de descenso en el nivel medio de bienestar y de riqueza especialmente en las capas más bajas…

Cierto, algunos países recibieron el golpe antes que otros… Cierto, pareciera que algunas regiones van a ser más afectadas que otras… De todas formas, de una u otra manera, la gran mayoría de la población mundial va a ser perturbada por este gran desequilibrio financiero y productivo, que impactó primero de pleno en las zonas más dinámicas y emprendedoras y ricas de este planeta… Con certeza aún los refugiados van a ser afectados… Algún perjuicio sin duda también va a recaer aún en quienes hoy día ya viven en condiciones precarias e indignas, en campos de albergue apresuradamente instalados en ciertas partes conflictivas del planeta, generalmente en las cercanías de fronteras donde ha estallado alguna guerra civil o algún enfrentamiento étnico-religioso o alguna grave catástrofe climática… Pareciera que los desplazados por guerras, o por persecuciones políticas o étnicas, o por meteoros climáticos, o por hambrunas, ya están hoy día en condiciones demasiado precarias, y difícil es imaginar que también ellos caigan aún más bajo… Pero en los grandes números aún esta pobre gente va a sufrir mayores perjuicios y dificultades, pues con notoriedad la ayuda humanitaria se está escatimando, se está retaceando, se está retrayendo, pues obviamente las infraestructuras serán reconstruidas con mayor lentitud y precariedad, pues los llamados objetivos del milenio casi con seguridad sufrirán muy mucho en sus alcances y en sus efectos, pues los planes alimentarios de emergencia cada día tienen mayores desafíos a enfrentar así como menores recursos para distribuir…

La ayuda humanitaria y la cooperación internacional se están restringiendo, se están escatimando, se están reduciendo a nivel global, puesto que el mundo rico con soltura y ligereza aplaca sus sentimientos de compasión y conmiseración, bajo el pretexto de que la caridad bien entendida empieza por casa…

¡Que la crisis no la vuelva a pagar el pueblo!… ¡Que la vuelta a la normalidad no recaiga nuevamente sobre las espaldas de los trabajadores y de los más débiles!… ¡Que no vuelvan a sufrir aún más quienes en el pasado ya sufrieron más!…

Esta son las consignas y los reclamos de tono demagógico, que con frecuencia están en boca de sindicalistas, de analistas políticos, de dirigentes sociales, de promotores y militantes ideológicos, y aún de unos cuantos dirigentes políticos y mandatarios en ejercicio…

Por cierto, en un análisis emotivo y superficial, cualquier persona honesta y de buena voluntad debería estar de acuerdo con estos gritos de alarma y con estos pedidos de ayuda…

Con certeza hubo sectores que mucho se beneficiaron mientras se gestaba la burbuja especulativa-financiera, y también hubo sectores que mucho lucraron aún luego del repentino estallido de esa irracional y artificial burbuja de precios y de demandas… En teoría, en abstracto, pareciera por tanto lógico que esos sectores que actualmente son pudientes y muy pudientes, y que mucho se beneficiaron recientemente en forma un tanto artificial, sean quienes en prioridad participen en mayor proporción en el esfuerzo mundial por retomar la senda del crecimiento y del progreso…

El razonamiento que acaba de ser expuesto pareciera que no puede ser rebatido con argumentos racionales y honestos… De todas maneras, permítaseme la libertad de hacer un llamado de atención, y de poner un toque de duda y de prevención en cuanto a la implementación de estos propósitos sin duda loables y compartibles en el plano teórico…

¿Sobre qué bases vamos a instaurar la redistribución de este esfuerzo que en abstracto se está reclamando a gritos?…

Los sistemas fiscales nacionales con notoriedad ya han demostrado sus límites y sus debilidades… Las Direcciones Generales de Renta de los diferentes países del mundo, ya han develado distintas falencias e imperfecciones, funcionamientos internos arbitrarios y costosos en su operatividad, absurdos mecanismos de recaudación, escasa eficiencia en los controles, aún maniobras dolosas con la propia complicidad de funcionarios, y así podríamos seguir en una larga enumeración de inconvenientes y de desajustes… Los impuestos y las tasas sirven hoy día para obtener fondos para con ellos poder solventar las funciones básicas de los Estados, pero los efectos de redistribución de recursos y de oportunidades que con ellos se dice querer alcanzar, con toda evidencia son muy precarios, son muy chambones, son conseguidos con gran torpeza y arbitrariedad… La fiscalidad imperante en los distintos países del mundo por cierto está mejor organizada en algunos casos, y presenta irracionalidades varias en otros casos, pero en líneas generales en todos lados ella es mucho más fiscalista que finalista… Las bases imponibles están mal implementadas, contienen errores, y aplican criterios que apenas si tienen un barniz de justicia social y de racionalidad…

¿Cómo podría implantarse una fiscalidad mejor fundada y más justa?… ¿Cómo podrían mejorarse los planes de ayuda social?… ¿Cómo podríamos retomar una senda de crecimiento en el bienestar social, sin que ella tuviera unos abruptos bajones de vez en cuando, provocados por las recurrentes crisis sectoriales o globales?…

¿Cómo podrían funcionar los mecanismos de libre mercado, sin caer en situaciones injustas, desequilibradas, notoriamente desparejas en cuanto a oportunidades y a capacidades de negociación, pero sin perder sus promocionadas y claras ventajas en cuanto a eficiencia, innovación, comodidad de acceso, capacidad para no dejar demanda insatisfecha con capacidad de pago?…

He aquí muy buenos interrogantes, que parecieran que no tienen respuesta sencilla y conducente…

Las teorías económicas hasta la fecha parecieran ser muy imperfectas, pues ellas pretenden vestirse con un ropaje de cientificidad y racionalidad, aunque las soluciones que brindan los modelos por ellas propuestos aún adolecen de defectos demasiado pronunciados… Y la sociología tampoco aporta hoy día gran cosa…

El problema básico es que la humanidad no sabe donde está parada… La cuestión fundamental es que hoy día es imposible conocer en detalle y profundidad la realidad económica y social imperante en este mundo globalizado y limitado… Sí, tal vez se pueden hacer estimaciones globales más o menos acertadas, sí, hay ciertos cálculos estadísticos por muestreos o censos que nos dan una información valiosa para la planificación, pero un conocimiento relativamente profundo caso por caso y día a día, es prácticamente imposible de lograr en forma generalizada con la actual organización socio-comercial…

Para poder empezar a dar respuestas razonables y eficientes a los grandes males de nuestra época, lo que debe hacerse es mejorar las herramientas de visualización de las realidades económicas y sociales… Y por cierto, estas nuevas herramientas son muy difíciles de imaginar y de describir, inmersos como estamos en una fundamentación paradigmática que parece inamovible e incuestionable… Para tener alguna chance de éxito en esta empresa, debemos poder ser capaces de salir del plano de la actual realidad socio-económica y de la agobiante presión de ciertos paradigmas socio-financieros que parecen intocables y sagrados…

Para encarar esta cuestión, tal vez convendría que con humildad apliquemos los muy sanos principios y estrategias para el análisis de problemas, tal como por ejemplo los recomendados por el Doctor Edward De Bono…

El pensamiento lateral o pensamiento creativo o pensamiento divergente, que en la terminología anglosajona se designa por “lateral thinking”, es una guía para el análisis de situaciones, con específicos procedimientos para manejar conceptos, percepciones, soluciones, intervenciones en el entorno social, y así se promueven resultados novedosos y creativos, y se aumenta el número de alternativas posibles de considerar…

El Doctor Edward De Bono (de nacionalidad inglesa y nacido en la Isla de Malta) encasilla las rutinas de análisis que se proponen, dándoles un nombre, describiendo sus diferentes pasos, y estimulando la realización de ejercicios de práctica en quienes deseen entrenarse en estos métodos…

El pensamiento lateral actúa liberando a la mente del efecto polarizador de las viejas ideas, de los viejos paradigmas, de los tradicionales métodos de análisis a los que se suele llamar pensamiento vertical o pensamiento deductivo-lineal o pensamiento lógico-racional o pensamiento convencional, para así mejor diferenciar estos enraizados esquemas de las nuevas ideas propuestas por De Bono…

Con certeza, una vez vistas algunas de las rutinas propuestas por De Bono, muchos son quienes manifiestan que en forma intuitiva ellos ya han aplicado un procedimiento similar ante alguna situación específica, ante algún específico requerimiento del medio… Estas afirmaciones en muchos casos son ciertas, pero ello no invalida para nada la bondad de la metodología del pensamiento lateral…

En vez de aspirar a que perspicacia, creatividad, ingenio, innovación, se manifiesten aquí y allá en forma espontánea, De Bono plantea un método racional y bien delineado, de manera que con esta técnica es posible lograr alternativas diferentes, en una forma conciente y deliberada y sistemática… Y precisamente aquí radica la virtud y potencialidad de este procedimiento…

Miremos el futuro con optimismo y con esperanza…

No nos dejemos apesadumbrar por algunas de las contradicciones de nuestros tiempos… A pesar de algunas sombras y de algunos peligros, hay una luz adelante en el camino…

Y en materia social, ¿cuál podría ser hoy día la joya de la corona?…

Cierto, Edward De Bono nos da muy útiles rutinas para analizar y resolver problemas… Cierto, Agustí Chalaux de Subirà nos señala el camino de la moneda telemática y de un completo y racional proyecto social… Pero en lo que concierne a las cuestiones sociales, no solamente debe lograrse una buena propuesta, sino que también hay que poner en razón a un gran número de personas, porque en caso contrario se corre el riesgo de predicar en el desierto, porque en caso contrario se corre el riesgo de no ser entendido, o peor aún, de ni siquiera ser escuchado…

Para poder inducir importantes cambios sociales, y para convencer y persuadir a un buen porcentaje de población sobre la necesidad de recorrer un determinado camino, no importa tanto dar cifras o detallar en exceso el adecuado funcionamiento de una potencialmente buena e innovadora herramienta social… Por encima de todo lo que importa son los valores, la emotividad, los sentimientos que se invocan y que se inducen… Obviamente los detalles pueden venir luego, de la mano de los especialistas y de los técnicos y de quienes se deberán encargar de las propias implementaciones…

El dinero telemático y los nuevos enfoques societarios conviene que sean impulsados por un binomio: cambio, y esperanza…

Obviamente muchas cosas continuarán siempre haciéndose de la misma forma, por simple acostumbramiento, por el solo hecho de que los procedimientos establecidos nos proporcionan ciertas ventajas y ciertas seguridades… Y pocas veces se piensa en mejorar procesos bien consolidados por una práctica social de años… Muchos de nosotros somos conservadores, y privilegiamos ventajas y seguridades por encima de desvíos y dificultades, y privilegiamos ventajas y seguridades ya conocidas por encima de ventajas y seguridades por conocer…

En definitiva, en resumen, y ya para concluir este culturema, ¿cuales son las consecuencias o las enseñanzas que podrían sacarse de los señalamientos y de las observaciones que arriba hemos indicado?…

Tomemos ejemplo de dos personajes, de dos figuras que brillan en el firmamento: Edward de Bono (mayo 19 de 1933) y Agustí Chalaux de Subirà (julio 19 de 1911 – abril 26 de 2006)… Tomemos ejemplo de los dos ejes centrales de estos dos grandes pensadores: el pensamiento lateral y la moneda telemática… Bebamos de estas dos fuentes del saber… Reflexionemos sobre las ideas que estos dos intelectuales nos legaron, y con bríos renovados tomemos la senda de la creatividad y de la innovación y de la reorganización de nuestra estructura social…

Yo tengo una aspiración, yo tengo un sueño


“De una manera o de otra, todos los seres humanos estamos entretejidos en la tela del destino” – Martin Luther King (enero 15 de 1929 – abril 4 de 1968)…

Yo tengo un faro de esperanza, yo tengo un sueño que quiero ver cumplido, yo tengo el anhelo de contribuir de alguna forma a la construcción de una sociedad más justa, más solidaria, más equitativa, más racional, donde los hombres y las mujeres sean más naturalmente solidarios unos con otros, y donde los recursos y las oportunidades se encuentren más armoniosamente distribuidos…

Las crisis económicas y los cataclismos de todo tipo, incluidos los enfrentamientos civiles, y las conspiraciones terroristas, y los desencuentros raciales y de género, notoriamente no reconocen fronteras ni respetan credos… Y la contaminación ambiental tampoco reconoce fronteras, y hoy día se está manifestando en una forma tan amplia, que seguramente va a afectar en forma trascendente a la especie humana y a la vida silvestre…

Éste no es tiempo para encogerse de hombros, y vestirse con los ropajes de la indiferencia… Éste no es tiempo para tomar la droga de la resignación y de la pasividad…

Ahora, en este año 2009, hagamos un esfuerzo para bien conmemorar el veinticinco aniversario de la fundación del Centro de Estudios Joan Bardina… Yo tengo un sueño hoy, y es el de elevarnos del oscuro y desolado valle de la desinformación económica y social, para caminar al frente hacia el iluminado camino de la moneda telemática, nominativa, informativa, escritural…

Yo tengo un sueño hoy, y en realidad no pido mucho… Aspiro a algo razonable, realizable, y no exageradamente ambicioso… No pido que se implante el dinero telemático en forma improvisada y apresurada… Primariamente lo único que por el momento deseo con todo mi corazón, es que se estudie con seriedad y amplitud la factibilidad de la aplicación de la recién señalada herramienta social, instrumento novedoso que por cierto es factible de lograr y de aplicar, y que sin duda permitirá introducir trascendentes cambios en nuestra estructura de intercambios…

Yo tengo un sueño hoy, pues aspiro a que el dinero telemático sea agregado como tema corriente, en las agendas mediáticas y políticas del mundo entero… Pongamos todos nosotros mucha, muchísima atención, y no seamos indiferentes, y no nos dejemos llevar por una inercia cómoda: El dinero telemático puede llegar a cambiar sustantivamente la calidad de la vida social…

Separando la paja del trigo: Estrategias para un mejor manejo personal


Para entender algo de esta crisis socio-financiera mundial de este fin de la primera década del milenio, hay que entender las razones profundas que la produjeron o desencadenaron…

Sea por lo que sea, sea por condiciones fortuitas o por aplicación de una bien meditada estrategia especulativa de muy alto nivel, se produjeron las condiciones ideales para el desarrollo de un artificial y pronunciado aumento de precios y de demandas en ciertos y determinados sectores, o sea falsa y engañosamente se fue inflando una burbuja económico-especulativa que luego estalló, y que generó consecuencias en cascada que aún se siguen manifestando… Por cierto, en lo medular nos estamos refiriendo a las injustificadas alteraciones de precios en el sector inmobiliario estadounidense en los años 2005 a 2008, así como a las volátiles cotizaciones de ciertos valores bursátiles, y así como a los rendimientos y valores de ciertos fondos de inversión, y así como a las variaciones en los precios de ciertas materias primas y de ciertos productos alimenticios, y así como a problemas de liquidez ocurridos en ciertas instituciones bancarias tanto dentro como fuera de EEUU… Y claro, en este contexto los especuladores actuaron y en muchísimos casos ganaron…

Hubo pues una enorme transferencia de recursos y de riqueza desde los sectores productivos, desde los propios consumidores, desde algunos inversionistas, e incluso desde algunas instituciones bancarias y desde algunos fondos de inversión, hacia las arcas de los especuladores exitosos…

¿Consecuencias?… Los consumidores redujeron significativamente sus consumos, pues claro, disponían de menos dinero, disponían de menos efectivo y de menos ingresos, tenían un acceso más dificultoso al crédito, y además en promedio fueron más cautos y más conservadores… Por su parte muchos especuladores ganaron, muchísimos especuladores de una u otra forma vieron incrementado su patrimonio, pero ellos no aumentaron significativamente sus propios consumos, y en muchos casos ni siquiera invirtieron, pues quedaron a la expectativa, pues quedaron esperando ver cómo evolucionaban las cosas, pues quedaron aguardando el momento oportuno para obtener otra buena tajada de riqueza en alguna compraventa, en algún remate, en alguna desesperada negociación donde estaba en juego la viabilidad de una empresa… Por su parte el sector productivo (léase la economía real, la economía productiva) en parte redujo su producción global, por falta de crédito, por reducción de sus reservas, por descenso en los pedidos, etcétera… Y por su parte muchos trabajadores debieron aceptar reducciones acordadas en sus salarios, e incluso muchos de ellos quedaron sin trabajo o debieron dedicarse a trabajos informales y precarios, lo cual afectó profundamente el ingreso de muchísimas familias…

Con toda certeza, al haber más trabajadores desocupados o inestablemente ocupados, al haber más incertidumbre generalizada, y al haber un pronunciado descenso de la actividad económica, la sociedad en su conjunto obviamente pasó a generar menos riqueza; en consecuencia, no solamente la riqueza en sus distintas formas se concentró en menos manos, sino que a nivel del mundo entero la riqueza generada promedio per cápita disminuyó significativamente… Así, algunos ricos y algunos vivillos se enriquecieron artificial e injustamente, mientras que el resto de la población se empobreció, y el balance general de este cambio de situación fue indudablemente deficitario, fue obviamente negativo desde el punto de vista social pero también desde el punto de vista estrictamente numérico…

¿Cómo se para este proceso? ¿Cómo se rompe el círculo vicioso? ¿Cómo se sale de esta situación de crisis?…

Bueno, puede haber estrategias de corto y de muy corto plazo para intentar salir de la crisis o intentar suavizar la crisis, como por ejemplo restablecer el crédito, de alguna forma mejorar la confianza de los agentes económicos, y también creando dinamismo a través de la obra pública… Pero lo fundamental hacia el futuro y en el largo plazo, es intentar reducir o incluso eliminar la especulación, pues ella capta recursos para los especuladores pero sin que ellos aporten efectiva riqueza a cambio; peor aún, la especulación en muchos casos es predatoria, pues no implica un simple cambio de mano de un recurso o de una riqueza, sino que frecuentemente genera situaciones de entorno negativas en cuanto a la situación social, en cuanto a la propia producción, en cuanto a la propia generación de innovaciones y de oportunidades…

Y en mi modesta opinión, un mundo sin especulación, y sin sobornos, y sin corrupción, e incluso sin ilícitos o con mucho menos ilícitos, es cabal y perfectamente posible, pero a condición de abandonar el uso del actual dinero innominado y desinformativo, en favor de una nueva especie de dinero, en favor del dinero telemático, informativo de transacciones, por cierto nominativo y escritural, y que además tenga una operatoria tal que permita un cómodo seguimiento de las cadenas de pago y de las cadenas de transferencias… Obviamente, esto no va a poder lograrse de la noche a la mañana, pues requerirá un tiempo…

El investigador social catalán Agustí Chalaux de Subirà estudió esta temática con ahínco y brillantez… A este respecto recomendamos sinceramente consultar sus publicaciones así como los siguientes sitios web gerenciados desde España:
http://www.bardina.org/
http://www.ineval.org/
http://www.finaly.org/

De todas formas, es notorio que el lector allí no encontrará todas las respuestas, puesto que el propio Agustí Chalaux no elaboró todas las respuestas, no tuvo tiempo para profundizar en todas y cada una de las importantes temáticas involucradas… Obviamente la economía es un asunto muy complejo, y por tanto hay que tener gran cuidado al elaborar una profunda y radical reforma estructural…

Lo que sí es más fácil de afirmar, es que la situación actual debe cambiar, puesto que las inequidades y las absurdas ineficiencias ya han ganado demasiado terreno, y puesto que las ventajas aportadas por las nuevas tecnologías y por los nuevos procedimientos productivos ya no pueden equilibrar esos desvíos… La situación es ya demasiado caótica y desordenada, y absurda por donde se la mire…

El proyecto social de Agustí Chalaux de Subirà marca un muy interesante punto de partida o de arranque… Debemos trabajar estas ideas con seriedad y responsabilidad, y en esta acción el Centro de Estudios Joan Bardina puede jugar un rol significativo… Los sectores actualmente sumergidos y debilitados nos están reclamando un esfuerzo, nos están reclamando un cambio… Las propias heridas ecológicas del planeta nos están reclamando ganar al menos la batalla de las propuestas innovadoras y bien estructuradas, logrando además una amplia difusión de estas ideas, y un amplio debate en relación a las estrategias allí recomendadas…

Miremos con confianza hacia el futuro… Tengamos confianza en nuestro porvenir social…

Pero no esperemos que todo se nos dé en la mano… También es responsabilidad de cada uno de nosotros aportar lo suyo, para que todos juntos podamos construir un mundo mejor, más socialmente justo y equilibrado, más productivamente eficiente y racional, más intelectualmente innovador y creativo…

No cometamos el error de pensar que las soluciones deben venir principalmente de los Gobiernos y de los Organismos Internacionales… Las cúpulas de poder en parte actúan por reflejo, en parte actúan en base a los deseos y reclamos mayoritarios de la gente, y en parte actúan en defensa de sus propios intereses de corto plazo…

Tampoco cometamos el error de pensar que toda la culpa recae en una reducida plutocracia, en un reducido grupúsculo de poder… Si, es muy cierto, mucho se han enriquecido ciertos sectores de poder, ciertos inescrupulosos señores que ya eran ricos antes de estallar la crisis, y que supieron aprovechar los efectos de la nueva situación para enriquecerse aún más… Pero también reconozcamos que hicieron su agosto un gran contingente de sectores medios, los que inteligente y hábilmente supieron aprovechar oportunidades; ciertos sectores medios y medios-altos, ocasional e injustamente enriquecidos, también lograron mejorar significativamente, y la riqueza adicional por ellos obtenida sumada toda ella, también hace una bonita suma, también equivale a varios centenares de miles de millones de dólares…

Y desde el punto de vista filosófico y conceptual… ¿Qué hacer? ¿Cómo manejarse hacia el futuro ante la realidad actual? ¿Qué responsabilidades asignar a cada quién?…

Por cierto es imposible pasar facturas en forma generalizada… Obviamente, si algunos especuladores se arriesgaron demasiado y cometieron ilícitos, bueno, que la justicia los juzgue y si hay mérito los condene… Pero al resto creo que lo mejor es dejarlos tranquilos, pues no hay bases razonables para asignar responsabilidades y para condenarles… Más bien miremos hacia el futuro, y poco a poco introduzcamos moneda responsable y preparemos a los agentes económicos para la sociedad telemática del futuro… El tránsito de la actual estructura social y productiva a la futura sociedad verdaderamente telematizada llevará años, llevará varias décadas, pero cuanto antes comencemos será mejor…

Soñando, dejando volar la imaginación


En mi imaginario en ocasiones flotan ciertas ilusorias reflexiones, y por ejemplo pienso que si Agustí Chalaux de Subirà viviera, tal vez cabría la eventual posibilidad de que él opinara: “Después de tanto tiempo, al fin puedo descansar tranquilo, ya hay gente que me entiende y que me copia”…

Un mundo mejor es posible, pero con otro modelo de sociedad


Agustí Chalaux i de Subirà fue un muy inteligente, tenaz, y perseverante investigador social catalán, que sin duda nos legó un muy interesante y valioso proyecto social, muy completo, holístico, con muy buenas ideas de base, con muy buenos enfoques sectoriales, y que da soluciones viables y concretas y prácticas a los grandes males de este siglo XXI, de este tercer milenio que recién comienza. Y en este sentido merece destacarse: (1) Definición de un nuevo modelo de sociedad, definición de una remozada visión socioeconómica, de una nueva arquitectura financiera, tanto en el ámbito internacional como en el ámbito de las distintas economías nacionales y de los distintos espacios regionales o provinciales; (2) Importante cambio de enfoque en relación al control del narcotráfico y en relación al control de actividades ilegales de diverso tipo y alcance, incluyendo los tradicionales robos de oportunidad y los copamientos a mano armada; (3) Tratamiento nuevo y novedoso respecto de la marginación social y de la pobreza extrema; (4) También positivos efectos directos e indirectos respecto de la especulación en toda su amplia gama de posibilidades, especulación agiotista o de acaparamiento, especulación usurera y/o bancaria, especulación financiera en bolsa de valores, especulación inmobiliaria, especulación de gran alcance y con gestación de lo que en la jerga técnica se conoce como burbujas de crecimiento descontrolado o burbujas económico-financieras o burbujas de expectativas; (5) Incluso también interesante intervención en la problemática de la violencia social en los distintos ámbitos, familiar, callejera, racial, sociocultural, de género, etcétera; (6) También propuestas muy interesantes e innovadoras en temáticas educativas y pedagógicas, así como en relación a la afirmación de valores humanos y a la propia afirmación de la espiritualidad; (7) Defensa bien argumentada de la necesidad de dar un enfoque más racional y científico a las cuestiones sociales, y comenzando por el desarrollo de una adecuada terminología multidisciplinaria.

No obstante las ventajas destacadas que sin duda deberían atraer de inmediato la atención de las personas bien intencionadas, la propuesta de este pensador social catalán no ha tenido hasta ahora una repercusión acorde a las expectativas expresadas. Me explico, sin duda hay ya un buen número de analistas sociales y de pensadores y de educadores y en general de ciudadanos, convencidos de los aportes positivos que podrían ser generados por aplicación de las propuestas de Agustí Chalaux de Subirà en distintos espacios y a distintas escalas. También hay varias instituciones educativas que en una u otra forma han integrado las ideas de Agustí a su hacer cotidiano y a su currícula de estudios. Con toda evidencia también ya existe tanto material escrito como material audiovisual de muy buena calidad en relación a la cuestión que aquí nos ocupa, el cual incluso está disponible en Internet, y el cual ha sido traducido a diferentes idiomas. No obstante estos aspectos sin duda positivos y que favorecen la difusión, las propuestas de Agustí aún no han alcanzado una circulación fluida en los grandes medios de comunicación social, y tampoco se tratan sus ideas en los ámbitos decisorios de mayor nivel, ni siquiera en España, país natal de este pensador.

¿Por qué se da esta situación? ¿Por qué no se analizan con seriedad estas ideas por parte de competentes grupos pluridisciplinarios? Entre otras cosas, el pensamiento de Agustí proporciona interesantes enfoques en relación a la atenuación o incluso posible erradicación de las burbujas especulativas y de las recurrentes crisis recesivas mundiales, de las recurrentes crisis socioeconómicas globales o regionales. Entonces: ¿Porqué en ciertos ámbitos técnico-políticos no se debate el proyecto social de este inteligente y emprendedor catalán, cuando por otro lado tanto preocupan estos temas económicos que hoy día afligen al mundo, y para los que no se avizoran soluciones sencillas y rápidas por ninguna parte?

Agustí Chalaux de Subirà era un buen orador y sin duda además tenía un atrayente carisma personal. Si en vida dicho pensador no logró traspasar esa barrera invisible que permite transformar una propuesta en un conocido paradigma de referencia para la acción, sin duda será porque hay unos cuantos elementos que en este caso están actuando en contra de una más acentuada difusión y consideración.

Quienes respetamos y admiramos a Agustí Chalaux de Subirà, obviamente deberemos aprovechar todas las ocasiones y los medios que se encuentren a nuestro alcance, a efectos de crear los ámbitos para que sus propuestas sean conocidas y discutidas, pues de otra forma por largo tiempo todo va a continuar más o menos en la misma situación que hoy día, pues las propuestas alternativas que circulan por ahí, inclusive en el G-8 o en el G-20 o en el G-20 ampliado, son meros paños fríos, son meros paliativos tal vez con ciertos efectos positivos sectoriales y/o de corto plazo, pero con un enfoque exageradamente particular y restringido. Los entusiastas de las ideas de Agustí deberemos tratar de estar en el momento más adecuado con la sugerencia más adecuada, y/o con la exposición de motivos más ajustada a la situación, y/o con el material más adecuado y atrayente, pues caso contrario y con el desinterés generalizado que parece haber en muchos ámbitos, será difícil que podamos revertir el status quo actual. El propio Agustí desplegó en vida una actividad de promoción intensa y febril, esperando que un cambio se produjera en cualquier momento, esperando un reconocimiento más generalizado en el que sin duda tenía fe, pero esas condiciones más favorables se hicieron esperar. ¿Dónde está realmente el problema? ¿Por qué en este caso una mayor repercusión se revela como esquiva, a pesar de las relevantes acciones ya cumplidas?

Tratando de profundizar en estas interrogantes, en los párrafos que siguen haré referencia a varias reflexiones y observaciones formuladas por Jordi Griera i Roig, sin duda otro entusiasta admirador de Agustí. Este amigo maneja diversas posibilidades sobre el asunto planteado.

Por un lado señala que el problema tal vez radica en una oligarquía bien preparada y bien atenta, con gran determinación y empeño en perpetuar las ventajas de las que goza con el sistema actual, de las que goza con la organización jurídica-económica-social actual. Dicha oligarquía, dicha cima de poder y de riqueza y de mando, por cierto no es omnipotente, no es imposible de doblegar, pero sin duda tiene gran incidencia en los gobiernos y en los parlamentos, así como también en los medios masivos de comunicación social, y posiblemente también en el propio sistema educativo. Frente a esta situación poca cosa pueden hacer voces aisladas o emprendimientos modestos, al menos mientras no se den situaciones extremas en forma generalizada, al menos mientras muchas conciencias se encuentren adormecidas por un buen establecido adoctrinamiento, por un buen establecido sistema paradigmático referencial favorable al mantenimiento de nuestra actual ordenamiento socio-financiero.

Y Jordi Griera se pregunta si la actual crisis financiera global podría cambiar en algo esta situación. Y su respuesta es que en principio poca cosa va a cambiar, y que al contrario la oligarquía dominante va a salir fortalecida y no debilitada de las turbulencias productivo-económicas que se están dando, por la sencilla razón que las presiones que sin duda se están ejerciendo sobre los sectores de poder y de mando, van a hacer caer a los elementos más débiles e incompetentes, pero van a fortalecer a los sectores más duros e inteligentes, que supieron anticipar y predecir los cambios, y que supieron actuar en consecuencia. Así, a la salida de la actual crisis mundial que sin duda en algún momento se concretará, la plutocracia estará renovada, remozada, y tal vez incluso con una aureola de triunfo y de reconocimiento, pues no pocos la señalarán como los elementos salvadores, como los elementos que supieron revertir la crisis financiera y retomar la senda del progreso y del crecimiento. Así, cuando concluya la actual crisis económica mundial, la riqueza y el poder quedarán concentradas en menos manos, y quedarán concentradas en gente más inteligente, astuta, y competente.

Y continuando con sus elucubraciones, Jordi Griera se pregunta qué representan en este contexto los entusiastas del proyecto social de Agustí, y qué representan en general las voces discordes del actual estado de cosas, de la actual situación socioeconómica en crisis y con evidentes dificultades. Y este amigo se responde a sí mismo: Pues los disconformes somos una insignificancia, una especie de caspa en la cabeza pensante del pueblo, una especie de conciencia que sirve para dejar claro que hay libertad de pensamiento, pero que muy pocos se molestan en analizar lo que estos sectores están expresando y recomendando.

¿Qué debemos hacer para que nos oigan? ¿Qué debemos hacer para que las ideas de Agustí sean debatidas, evaluadas, y criticadas?

Bueno, al respecto Jordi Griera señala que ante todo debemos calmadamente valorar la situación, por cierto analizando las falencias que puedan descubrirse en la presente organización socio-productiva, pero también tratando de encontrar nuestros propios defectos de actuación para luego corregirlos. Y como defectos principales y que más inciden negativamente en el accionar de los entusiasta de Agustí y en quienes tienen la inquietud de proponer nuevos proyectos sociales y nuevos modelos de interacción e intercambio, inteligentemente este amigo señala los siguientes ítems: (1) Atomización; (2) Personalismos; (3) Inconcreción; (4) Falta de determinación, falta de coraje, falta de constancia, falta de medios, falta de experiencia; (5) Falta de capacidad para llegar al corazón de la gente, falta de capacidad de convencimiento y de sensibilización.

Con mis propias palabras trataré de explayarme y argumentar en relación a estos cinco ítems.

En relación al primer asunto, en relación a la atomización, en relación a las nuevas propuestas sociales que se visten y que se presentan al mundo, bien podría decirse que cada semana se formaliza en el planeta un grupúsculo nuevo, una nueva fundación o una nueva organización social no gubernamental o una asociación de hecho, con objetivos ambiciosos y por cierto con declaraciones grandilocuentes, objetivos y declaraciones que suelen no estar del todo mal, objetivos y declaraciones que generalmente son compartibles. Y por cierto la descoordinación entre estos grupos es muy notoria. Pareciera como que nadie desea integrarse y apoyar una iniciativa de otro, y así surgen centenares de miles de proyectos y de actividades. Basta que alguien tenga una idea prometedora y tal vez original, para que ello dé mérito a concretar una propuesta, y a fundar un movimiento o una agrupación o una asociación, precisamente a efectos de promocionar e impulsar este nuevo enfoque. Consecuencia: Nula sinergia, y también nula o escasa complementación. Cada cual atiende su nido sin preocuparse mayormente de cómo se está preparando el nido del vecino.

¿Y cómo se sale de esta situación? ¿Intentando formalizar una mega propuesta que sea abarcativa, o apoyando una de las propuestas ya concretadas? Obviamente, si se decidiera por esta última opción, todo el mundo diría: Apoyen la nuestra, apoyen la nuestra.

Por cierto, ni Jordi Griera ni yo mismo somos excepciones a la regla, así que obviamente proponemos se apoye el proyecto social y educativo de Agustí Chalaux de Subirà.

De todas formas, posiblemente hay varios argumentos a favor de la solución indicada. Por un lado las propuestas de Agustí ya han cumplido una interesante etapa de maduración, pues en líneas generales datan al menos del año 1984, momento de la fundación del Centro de Estudios Joan Bardina en Barcelona. Además, hay enfoques en este proyecto catalán que tal vez hoy día, con el estado actual de desarrollo tecnológico, no parezcan en forma alguna tan originales o revolucionarios. Por cierto, otra cosa muy distinta se daba en los años setenta y ochenta, momento en el cual los lineamientos fundamentales del proyecto social de Agustí fueron delineados; y éste es un elemento que merece ser reconocido. Por otra parte, esta propuesta social catalana es completa, es holística, pues intenta dar solución integral y exhaustiva a la gran mayoría de los problemas sociales y de las irracionalidades operativas hoy día presentes en nuestra realidad.

¿A qué apuntan estas argumentaciones y estos razonamientos que recién vienen de ser expresados? Muy simple. Tal vez el reconocimiento actualmente acordado al Proyecto Bardina podría ser mucho mayor, si fuera mucho mayor el número de adeptos. Si las adhesiones recibidas superaran un par de millones, posiblemente algún sector de poder se interesaría en este asunto, aunque más no fuere por razones meramente demagógicas o electorales.

Al igual que Jordi Griera, me declaro un bardiniano convencido, un bardiniano con todas las de la ley, pues he reflexionado mucho sobre esta propuesta catalana, y le he encontrado pocos aspectos flojos, asuntillos que por lo demás tienen solución.

Pero pasemos ahora al segundo punto: Personalismos. Por cierto la atomización y el personalismo están muy emparentados, pues el motivo de fondo de la atomización es el egocentrismo, una enfermedad muy generalizada y cuyos enfermos pocas veces se dan cuenta que la padecen. Y esta enfermedad se arraiga en las personas, hasta hincharlas e inflarlas como pelota. Una buena estrategia para intentar no padecer de esta dolencia, bien podría ser escudarse en un personaje con méritos notorios y con consolidados antecedentes, y en el caso que nos ocupa dicho personaje bien podría ser Agustí Chalaux. Por cierto no es necesario endiosar exageradamente los logros obtenidos por esta figura, pues no es imprescindible que lo que él haya dicho o escrito lo contemple todo y lo prevea todo. Los proyectos son todos perfectibles, y en especial cuando se los comienza a aplicar sin duda siempre se descubren detalles que tienen su importancia y que ameritan ajustes. De todas formas, Agustí Chalaux indudablemente expresó muchas ideas muy atinadas y muy prácticas, y lo hizo con brillantez y competencia.

Consideremos ahora el tercer punto o ítem: Inconcreción. Con toda evidencia, y por falta de recursos materiales y/o humanos, miles de propuestas se quedan en los prolegómenos, en las etapas iniciales. Y como una de las principales falencias se anota la escasa difusión que tienen ideas y proyectos con un buen potencial transformador.

Es cierto, Internet es una herramienta muy idónea y provechosa, que cada vez más nos acerca ideas expresadas en puntos distantes en el tiempo y en el espacio. Sin embargo, es imposible interiorizarse de miles de propuestas, y tal es la polución informativa de la red de redes, que esto apabulla y desconcierta hasta el gallo mejor plantado. Ante esta riqueza tan grande de documentación, los usuarios de la red de redes terminan por no leer nada, o por leer propuestas que no son las mejores. Además, obviamente no se trata que los actores sociales solamente lean y registren, pues también se les debe dejar espacios para meditar, para actuar, para argumentar con elementos propios, para implementar, para convencer a sus relaciones.

Obviamente, desde las grandes tribunas periodísticas se llega de otra forma al ciudadano común y a los jerarcas de nivel medio, y se logra formar opinión de otra forma, pero acceder a este mundo para así obtener una amplia difusión no es siempre sencillo.

Analicemos ahora el cuarto ítem: Falta de determinación, falta de coraje, falta de constancia, falta de medios, falta de experiencia. Indudablemente quienes queremos un cambio radical en la organización social, es porque nos hemos convencido que hoy día se presentan irracionalidades, contrasentidos, injusticias, inequidades, ineficiencias, etcétera, y por todo ello es que pensamos que con urgencia se precisa un cambio, un gran giro de timón. Por momentos muchos de nosotros tenemos rabia, clamor, y ruego, a flor de nuestros labios y de nuestro aliento. Por momento muchos de nosotros nos sentimos tentados a gritar: “Basta ya, las cosas han llegado al límite de lo irracional, y ya no se soportan más”. Ahora bien, quienes esto pensamos sin duda estamos en diferentes situaciones económicas, pero en mayor o menor grado todos debemos tener una ocupación que nos genere ingresos para así poder subsistir, y para así apoyar a nuestras respectivas familias. Lo que quiero decir con esto, es que en buena medida nuestras elucubraciones sociales y filosóficas, por brillantes y completas y sinceras que ellas sean o que ellas parezcan, son para nosotros una actividad secundaria a la que le dedicamos el tiempo que podemos. ¿Y quienes están del otro lado? ¿Y quienes son nuestras contrapartes? Bueno, indudablemente ellas son las oligarquías, los sectores de poder, e incluso una gran cantidad de actores que han descubierto falencias en nuestro actual ordenamiento social, y que basan sus actuales medios de subsistencia precisamente en aprovechar esas falencias; y en esta gran bolsa que por cierto también es significativa en su conjunto, se encuentran los defraudadores de impuestos (pues quienes defraudan al fisco no sólo son los grandes emprendimientos, sino también el pequeño comerciante y el pequeño empresario industrial y el contrabandista, e incluso el informal que ofrece mercadería en la calle, e incluso el ilegal que acepta trabajar en negro, etcétera), y también se encuentran aquellos que hoy día desempeñan funciones que en el futuro ordenamiento desaparecerán o se reducirán (entre ellos los administradores, los empleados bancarios, los vigilantes privados, quienes transportan caudales, en general quienes pagan y quienes cobran, los abogados quienes deberán atender menor número de demandas civiles, etcétera), y también quienes hoy día desempeñan actividades ilegales (ladrones de guante blanco y también ladronzuelos y punguistas, rapiñeros, reducidores, estafadores, narcotraficantes de gran escala o de bocas de venta, pillos de todo calibre y color, contrabandistas, etcétera), y también por cierto los especuladores, y también por cierto quienes hoy día deben y se las arreglan para no pagar, o quienes hoy día cobran por rubros que no les corresponden. Observe bien y evalúe bien el lector estas dos partes. Por un lado personas altruistas y/o soñadoras, que por sentimiento y por humanismo y por querer hacer el bien por el bien mismo, desean construir un mundo mejor, más solidario y cordial, más justo, más equitativo, más funcional, más racional, más eficiente, menos rabiosamente consumista, pero que por lo general deben tener una ocupación principal de la cual poder vivir en el día a día, de la cual poder subsistir. Y por otro lado otro conjunto de personas, algunas muy poderosas y con muchos medios a su disposición, pero todas con el común denominador que el nuevo ordenamiento social propuesto les perjudicaría, en el sentido que les haría perder buena parte de sus actuales ingresos, en el sentido que les obligaría a cambiar sus respectivas estrategias de supervivencia hacia otras actividades en la que no saben bien cómo les irá y en las que no saben bien cómo actuar. Para este segundo grupo mantener el status quo actual es de suma y capital importancia, pues en ello se juegan sus ingresos actuales y su actual modo de vida, y por tanto seguramente estarán dispuestos a hacer de todo para que las cosas no cambien, o para que ellas cambien lo menos posible. Recordemos en este punto ese divertido y conocido juego de palabras, ese emblemático dicho popular: Cambiemos todo lo que sea necesario, para que las cosas continúen más o menos por los mismos carriles de siempre (“Cambiemos todo lo necesario para que todo siga como está”, “Everything to change so that everything carries on as always”, “Che cambi tutto perché non cambi niente”).

En resumen, sin duda poca gente querrá comprometerse con proyectos atomizados, exageradamente personalizados, inconcretos, que disponen de pocos recursos, y para colmo mal conocidos porque lo usual es que se los conozca por referencias de terceros, o por haberlos leído y analizado sólo en forma superficial.

Pero aún queda un quinto ítem por tratar: Falta de capacidad para llegar al corazón de la gente, falta de capacidad de convencimiento y de sensibilización.

Indudablemente las teorías económicas o sociológicas y también las cuestiones exageradamente técnicas, difícilmente llegan al corazón de la gente, y difícilmente logran convencer a cabalidad. Para convencer es muy conveniente motivar emocionalmente, y eso se logra con cierta facilidad con un buen discurso y con propuestas demagógicas, con propuestas muy politizadas e ideologizadas, con declaraciones grandilocuentes y prometedoras, con visiones idílicas que se dice estarán al alcance de la mano, con movilizaciones sociales espectaculares y masivas, con reiteradas e insistentes alocuciones en los medios masivos de comunicación social, con acciones públicas originales y pintorescas, y también por cierto con el boca a boca popular, o sea haciendo uso de una conveniente sinergia social, haciendo uso de un conveniente y cotidiano contagio social. En resumen, la teoría y la elucubración filosófica de alto vuelo por cierto no deben ser desechadas, pero también hay que construir una versión muy orientada a la divulgación general, que sea convincente, que sea atrayente, que sea emotiva, que logre entusiasmo, que movilice y motive, que invite al festejo, que por anticipado produzca alegría y esperanza. Obviamente sin teoría y sin planificación se hace inviable cualquier revolución o cualquier importante cambio estructural, pero para viabilizar social y políticamente un emprendimiento de este tipo también se necesita calor humano, también se necesita apelar al sentimiento y a la espiritualidad de la gente, también se necesita transmitir confianza y optimismo.

Y ya para terminar esta nota, transcribo a continuación algunos versos inmortalizados por la pluma de José Hernández, y plasmados en las hojas del libro “Martín Fierro”.

Hasta que el pueblo las canta, las coplas coplas no son, y cuando las canta el pueblo, ya nadie sabe el autor.

Procura tú que tus coplas vayan al pueblo a parar, que al volcar el corazón en el alma popular, lo que se pierde de gloria se gana de eternidad.

Lo que pinta este pincel ni el tiempo ha de borrar, y nadie se ha de animar a corregirle la plana, no pinta quien tiene ganas sino quien sabe pintar.

Hasta aquí los comentarios que por el momento deseaba plantear. Quedo a la espera de las sugerencias o de los aportes, que los eventuales lectores tengan la amabilidad de plantear.