jueves, 22 de enero de 2009

La política del avestruz


Los problemas sociales a los que hoy día se enfrenta la humanidad son tan complejos y de tal envergadura, que desaniman a cualquiera…

Las fuerzas constructivo-progresistas y la sociedad como tal han ensayado diversas soluciones para reducir el impacto de las burbujas financieras, así como para reducir la pobreza, el terrorismo, el narcotráfico, el contrabando y en especial el tráfico de armamentos, la corrupción, los fraudes, la especulación, los llamados delitos comunes, etcétera, etcétera… Si bien hay que reconocer que se han realizado algunos avances y que de vez en cuando se han ganado algunas batallas, los resultados aún continúan siendo muy magros, señal que no han funcionado bien ni nuestros enfoques ni nuestras estrategias ni nuestras propuestas puntuales…

Puede que tal vez hayamos ganado algunas batallas, pero el resultado final de la guerra no está aún asegurado… Esta guerra, este combate, este enfrentamiento, esta lucha, está durando mucho, está durando demasiado, y se está insinuando como un proceso mucho más prolongado que la famosa guerra de los cien años…

Ladran Sancho, señal de que hay perros…

¿Qué hacer? ¿Cómo cambiar este estado de cosas?…

Es muy probable que las soluciones puedan darse con mayor facilidad, si cambiamos en forma radical nuestra actual estructura sociofinanciera de convivencia, y esta modificación, y este cambio salvador, bien podría ser lo oportunamente propuesto por Agustí Chalaux i de Subirà: Sustitución del actual dinero innominado y anónimo por dinero telemático y escritural…

Está bien, algunas de las propuestas que originalmente sugirió Agustí Chalaux de Subirà podrían tal vez ser revisadas… e incluso también podría decirse que obligatoriamente todas las ideas de ese genial investigador deberían ser analizadas y discutidas en profundidad… ¿Por qué no?…

Por ejemplo, este investigador catalán propuso implantar un sistema impositivo muy simplificado, incluso con aplicación de un impuesto único, a efectos de hacer compatibles la recaudación tributaria con los controles que él sugería introducir en torno al dinero nominativo y autoexplicativo de transacciones…

Bueno, si se piensa en un estadio de desarrollo de la informática de hace treinta años o más, y si en el sistema que se imagina no se concibe la recaudación totalmente automatizada de ingresos fiscales, pues claro, una simplificación del sistema tributario se revela como necesaria e imprescindible desde el punto de vista operativo… Sin embargo, con el estadio de desarrollo de la tecnología actual, por cierto no es para nada necesario llegar a ese extremo, no es para nada necesario implementar esa restricción…

Hay que recordar que cambios radicales en un sistema tributario seguramente van a ser resistidos por amplios sectores de población, e incluso con relativa facilidad también podrían invocarse razones técnicas en contra de esa solución… Por otra parte, un sistema tributario siempre debe tener un doble objetivo, un doble propósito, pues debe ser tanto fiscalista como finalista… y por cierto la capacidad de orientación de la economía se pierde, si los tributos se simplifican enormemente (incluso aplicando tasas únicas) y si el número de tributos se reduce significativamente (léase: y si se llega al impuesto único)…

Por otro lado, Agustí Chalaux centra todo su esquema operativo en lo que él llama facturas-cheque, y en lo personal creo que eso es un error… El futuro sistema de cobros y pagos no debe girar en torno a facturas-cheque convenientemente autenticadas y autorizadas, sino que esas facturas-cheque deben ser todas ellas automáticamente generadas por contratos digitales esos sí convenientemente autorizados y controlados y autenticados por las partes…

En lo que concierne al capitalismo comunitario, allí también hay cuestiones a analizar y a revisar… La asignación de un sueldo básico a toda persona que no tenga ni trabajo ni ingresos de otra naturaleza, por cierto que es una propuesta completamente y claramente utópica, salvo que este sistema vaya acompañado de una adecuada planificación familiar (para evitar que la población humana crezca indefinidamente), y salvo que se obligue a quienes soliciten y reciban ese salario básico a también recibir asistencia social y psicológica, las que determinarían las contrapartidas que los beneficiarios deberían cumplir… Esas contrapartidas podrían ser capacitación, trabajos comunitarios, asistencia social a terceros, cumplimiento de ciertas normas y de ciertas metas, búsqueda de trabajo, cumplimiento de trabajos temporarios y de períodos de prueba, profundización en temas culturales en vistas a la elevación del propio nivel intelectual, y en vistas a la posible producción de nuevas obras culturales, etcétera…

Otra de las cosas que Agustí Chalaux no profundizó es en lo que concierte al período de transición entre la economía actual y la futura economía telemática gobernada por monedas telemáticas, gobernada por circulante telemático…

Y personalmente concibo esa transición como relativamente larga, a pesar de lo cual rápidamente se podrían ir obteniendo muy interesantes resultados a medida que se avanza y se profundiza en los nuevos procedimientos…

Por cierto no corresponde aquí discutir en profundidad detalles de las ideas de Agustí Chalaux, ni para apoyarlas, ni para criticarlas… Por cierto habrá cosas a retener y habrá cosas a mejorar y habrá cosas a ajustar…

Lo que sí me parece injusto no integrar el tema del dinero telemático en la agenda mediática y en la agenda política, de hecho oponiéndose así a una muy amplia discusión de esta cuestión así como a un estudio de factibilidad a nivel general de las posibilidades ofrecidas por las monedas telemáticas…

De esta forma… evitando analizar seriamente esta temática en numerosos foros y manejando allí muy diversos puntos de vista… y dejando que el Centre d’Estudis Joan Bardina haga sus videos y organice sus conferencias, ya que esas actividades no molestan pues ellas tienen una repercusión limitada… se tardará mucho muchísimo tiempo en llegar a puerto…

Las ideas y los proyectos del Centro de Estudios Joan Bardina merecen ser estudiados con mucho cuidado, ya sea para apoyar algunas cosas, ya sea para enmendar otras, ya sea incluso para rechazar otras, ya sea incluso para en general ponerle a esta iniciativa la etiqueta de utópica e irrealizable… Pero ignorar esta propuesta y dejar que únicamente ella circule y se exprese en reducidos medios académicos, es una política muy poco inteligente: es la política del avestruz…

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